El despertador suena antes de lo normal, son las 4:20 am del domingo 26 de enero, me quejo una vez, me quejo dos veces, me quejo tre veces, me levanto de la cama, regreso al cuarto y le digo a Churro que ya es hora. Se queja una vez, se queja dos veces, se levanta. Nos vestimos en la oscuridad, por suerte tenemos ya todo preparado. Son las 4:40 am del mismo domingo, un par de galletas y unos tragos de leche, me pongo la mochila, Churro carga su tabla. Ningun servicio de transporte publico funciona a esa hora, tenemos que caminar hasta la central de camiones.
Son las 5:07 am. Adelante de nosotros hay 6 personas, todos con el mismo destino: Whistler, British Columbia.
Dormir, dormir, dormir, dormir.
Son las 7:45 am del mismo domingo, caminamos un poco amodorrados, un poco perdidos, sin rumbo fijo pero asombrados.
8:15 am, abordamos la gondola, me pongo mis skis, Churro su tabla. Empezamos el primer descenso, no puedo evitar sonreir.
Ya no tengo nocion del timepo, simplemente me deslizo, vuelo, salto, nunca me habia exigido tanto, las lineas que bajan son increible, entre arboles, entre rocas, saltando, empujando mis limites, mas, solo quiero mas, volver a subir y bajar, una y otra vez, todas por lineas diferentes, bolas, piedras, zig zag, perderme entre los arboles, saltar otra piedra, un pequenio precipicio, fluir, volar...
Y volver a casa.
2 comentarios:
ashh, ya callate o no te invito al mx beat
presumido
y no estaba lleno de chilangos fresas?
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