viernes, 5 de marzo de 2010

La información contra el tiempo

Recientemente tomé un taller de ensayo literario con José Isrrael Carranza, aquí está el producto que resultó del curso:

La información contra el tiempo

Dicen por ahí que la información nos hará libres. Yo creo que la información, además, nos proveerá de servicios. Nos llenará de bienes materiales y será capaz de satisfacer algunas de nuestras necesidades más básicas y otras no tan elementales.

Desde hace unas cuantas semanas trabajo como reportero para un periódico universitario, que se publica todos los lunes. La primera vez que vi una nota mía publicada sentí una gran emoción, quería enseñársela a todo mundo. Alguna vez escuché al escritor Enrique Serna decir que la primera vez que se publicó un cuento suyo, sintió que todo México lo había leído. Yo no me fui tan lejos, yo sólo creía, ingenuamente, que toda la universidad me había leído.

La semana en que se publicó mi segunda nota fue una semana muy extraña. Comenzaba febrero y llovía mucho, parecía que todo se venía abajo lentamente, la ciudad se llenó de baches, el tráfico era terrible, en uno de esos días lluviosos se registraron más de 100 accidentes vehiculares. En la universidad los alumnos, los maestros y bueno, todos corríamos de un lado de otro. Algunos comenzaron a llevar un paraguas a la escuela, otros mejor se quedaron en casa, pero otros descubrieron en el semanario la excusa perfecta para jugar al origami y hacerse de bonitos accesorios para proteger sus bienes o sus cuerpos.

Por los pasillos comencé a ver cómo algunos se habían hecho un bonito paraguas o una bellísima funda para mochilas, al principio me pareció algo terrible y me sentí un poco disgustado, a final de cuentas, era mi trabajo el que estaban destrozando y desdeñando al exponerlo a las inclemencias del tiempo. Poco después esa actividad profanadora me fue pareciendo normal e incluso la llegué a aceptar con gusto, y es más, hasta yo me hice un bonito paraguas.

Así fue como comencé a fijarme más en las diversas funciones que desempeña un periódico en la sociedad. Primero está la función más obvia. Los periódicos son comprados por cerca de un millón de mexicanos día con día (un número bajísimo puesto al lado del total de la población mexicana), en el caso del periódico para el que trabajo, que es de una circulación muy limitada, el tiraje promedio es de 3000 ejemplares por semana y no muy seguido se terminan.

Esos periódicos son leídos (a medias en la gran mayoría de los casos) y después son descartados y abandonados a su suerte. Entonces ellos evolucionan y adquieren diversos roles en nuestra sociedad y nuestro sistema.

Creo que la reutilización comenzó a la orilla de algún mar inglés. Los mercaderes envolvían en periódico los pescados que entregaban a los clientes, así el periódico era revendido por primera vez. Después, algunos de estos clientes, revenden su pescado, ahora empanizado, frito y con papas. Pero no sólo revenden el pescado, también rerevenden el periódico. Entonces el papel se llena de grasa y debe ser, finalmente, descartado.

Entonces en los mercados alrededor del mundo comenzaron también a utilizar los periódicos para envolver y empacar todo tipo de productos. Papayas, aguacates y melones son tal vez los productos que tienen contacto más cercano con la información. Mi abuela me dijo alguna vez que cuando quiera acelerar la maduración de un plátano, lo único que tengo que hacer, es forrarlo con periódico.

No sé cómo ni cuándo pasó. Pero alguien pensó que el periódico podría ser útil para secar superficies, y por supuesto que tenía razón. Hoy vemos que todos los días los lavacoches lo utilizan para secar vidrios en interiores. En los edificios, o en las casas, también se utiliza para secar espejos y ventanas. En el otro extremo de la línea, alguien descubrió que el papel también sirve como combustible, ideal para encender fogatas y carbón para el asador.

La información nos hará libres, sí, pero también nos llenará de calor. Puede evitar que nos mojemos, puede encender fogatas, puede envolver aguacates, pero lo que más me gusta de la información, es que nos hará un bonito tapete.

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